Colmado de alegría
A la hora de crear nuestra empresa, tomamos la decisión de afrontar las cosas con ánimo alegre. No con la alegría obligatoria y superficial que nos propone la publicidad. Tampoco con la euforia inconstante de los entusiastas o los radicales. Optamos por la alegría serena de quien sabe con certeza que, a pesar de las dificultades, avanza en el buen camino.
Este tipo de alegría acompaña siempre, y es especialmente útil cuando tenemos un momento malo, una mala semana o una racha de reveses que parece no acabar nunca. Si sabes que, en el fondo, estás en el curso de algo bueno, todos los pasos en falso, las expectativas frustradas y los sustos de cualquier tipo se ven pequeños. O, al menos, perfectamente superables.
En Colmado de Bienes nos parece fundamental que la alegría sea uno de nuestros hitos de referencia. Hace falta alegría en la lucha por lo sostenible.
Nos parece un poco extraño, pero lo cierto es que ronda lo ecológico un cierto panorama apocalíptico. Es como si algunas personas entendieran que sólo tenemos que ser ecológicos por una mera cuestión de supervivencia.
Lo cierto es que avanzar hacia lo sostenible es un alegría en sí misma. No necesitamos superar metas: en el propio ejercicio del consumo responsable hay ya algo intrínsecamente bueno. Si limitáramos la razón de lo ecológico a una mera cuestión de supervivencia lo estaríamos dejando para demasiado tarde: somos capaces de sobrevivir muy por debajo de las condiciones deseables.
Hemos oído decir que quienes militan en favor de la ecología ven a los demás como delincuentes malintencionados, a la espera de que, no se sabe muy bien cómo, demuestren que son eco-virtuosos. Este tipo de crítica es frecuente, y se basa en caricaturizar las posiciones demasiado radicales, tremendistas, que facilitan que desde fuera se vea la lucha por la sostenibilidad como un movimiento desgarrado. Es decir: estas críticas critican el ecologismo excluyente, que lo hay. Hay ecologismo al que le falta alegría.
Nosotros apostamos por lo valioso de cualquier movimiento de avance, por lo feliz de un mero acercamiento hacia lo mejor. Cualquier esfuerzo por mejorar las cosas es ya un motivo de celebración, de alegría. No hace falta esperar a grandes logros: éstos llegan por acumulación de gestos mínimos.
¡Alegrémonos! El movimiento por la sostenibilidad es una de las cosas que no pueden ser motivo de discordia. Todos estamos de acuerdo en que merece la pena avanzar hacia un ecosistema en el que abunde más la alegría.
Etiquetas